Llegué a la ciudad extremadamente reventado de agotamiento, con ganas de darme una ducha y salir a cenar alguna exquisitez en un lugar tranquilo; la semana había sido muy larga, y los descansos casi inexistentes (la "siesta" dejó de existir en mi vocabulario hace ya tiempo... ¡qué injusto! jaja).Cuando llegué a la plaza del pueblo en busca del Palacio de Oquendo, lugar de hospedaje, me encontré con un enorme tinglado montado en la misma plaza Mayor de la ciudad: se estaba celebrando el World Padel Tour, un trofeo de padel internacional. Uno de los emblemáticos lugares era Cáceres. Y, cómo no, a pocos metros del hotel.
No cabe duda de que debe estar contemplado en la Ley de Murphy: si estás muy cansado, con la lengua fuera, los ojos enrojecidos, la cara pálida y a unos minutos de poder reposar, no te acomodes demasiado, surgirá alguna cosa que lo evite, seguro.
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| En el fondo, todo un estadio instalado en la Plaza Mayor |
Así da gusto.
Aparte de lo interesante del evento en sí, lo que me parecía increíble era el montaje que habían levantado en el misma plaza: todo un estadio de padel con gradas incluidas, parecía como si el conjunto hubiera sido extraído de un cuadro naïf. Más de 3 mil personas elevadas en las gradas.
Todo un acontecimiento.
