martes, 28 de enero de 2014

Sobre comer sin miedo, la enzima prodigiosa y el cisne negro

Cuando suceden cosas como las que voy a contar en esta entrada siempre me acuerdo de cuando las madres nos decían, con una creencia ciega, que nos comiéramos las lentejas por su alto contenido en hierro. De esta manera nos obligaban a devorar legumbres en detrimento de los productos cárnicos. Pero después de años escuchando la misma música en todos los hogares, alguien se le ocurrió descubrir que no tiene tanto hierro como se aseguraba.

¿Y de las espinacas? ¿Qué podemos decir de ese alimento que hacía de Popeye el tipo más fuerte de cuantos se ponían en su paso? Su cantidad de micronutrientes en hierro fue un mito originado por un error en la transcripción del científico alemán Erich von Wolf: resulta que al medir la cantidad de hierro y escribirla en un papel, simplemente se equivocó al colocar el separador decimal. En lugar de escribir 3,5 miligramos de hierro, puso 35 miligramos ¡Diez veces más!

Ni el pan engorda ni las infusiones adelgazan. Mitos que se mantienen en el tiempo y que seguramente sigan así durante los años venideros. Saldrán más investigaciones que defiendan posturas contradictorias. Y así seguirá siendo sempiternamente.

En este mes se ha publicado el libro Comer sin miedo, de J.M. Mulet, que destapa numerosos mitos, falacias y mentiras sobre la alimentación.

Si me llamó la atención esta publicación fue porque se vendía con la siguiente frase de reclamo: "El libro que desmonta la teoría de la enzima prodigiosa y otros mitos de la alimentación del siglo XX".

De modo que desmonta un exitoso libro publicado hace tan sólo unos meses. Eso es lo que me llamó la atención.

La enzima prodigiosa, del pseudomédico Hiromi Shinya, ha sido en verdad un éxito en ventas, y sobre todo llegada la Navidad. El libro de Mulet quizás no llegue a tener la repercusión social que ha tenido el de Shinya, lo cual es una pena porque termina desmoronando toda esa teoría absurda de la dieta de las enzimas, así como la de otros muchos expertos timadores o personajes sin escrúpulos que sueltan sandeces poderosamente vendibles. Pongamos por ejemplo las dietas de Atkins, Dukan, South Beach y Sugar Busters, entre otras.

No sé cómo se las ingenia el ser humano para que siempre presente una idea, resultado de sus propias investigaciones, que parece concluyente y sobre todo convincente, pero que al final resulta un verdadero fiasco. Se diga lo que se diga y sea quien lo diga, no hay nada ni nadie que asegure ser cierto en su totalidad la conclusión de estas investigaciones.

¿Es el hombre el causante del calentamiento global del planeta? Unos demuestran que sí, otros que no. Y cada uno se atiene a lo que le convenga.

El ser humano no tiene la capacidad de predecir las anomalías estadísticas. Estamos programados para simplificar en historias simples los fenómenos complejos, de modo que siempre falseamos la realidad.

Si alguien piensa que no es así, invito a que le eche un vistazo al libro El cisne negro. Y no me refiero a la película del mismo nombre, que igualmente es excelente, sino al libro del científico Nassim Nicholas Taleb.

Toda una obra maestra.

viernes, 24 de enero de 2014

Visita a Bimbo y a Mahou

Dos visitas en una misma semana. Distraído comienzo de año.

Los alumnos de comercio internacional de la Escuela Europea de Dirección y Empresa de las promociones de abril y octubre de 2013, acompañados por un servidor, fueron a la fábrica del Grupo Bimbo el pasado martes 21 de enero.
Alumnos de Comercio Internacional (Escuela EUDE)
La visita comenzó con una presentación de la dinámica de Bimbo y de sus productos. Su último recién lanzamiento: el Oroweat de cereales y semillas.

Tras la interesante exposición realizamos un recorrido por la fábrica, donde pudimos disfrutar de todo el proceso de elaboración de los productos, desde la llegada de la materia prima hasta la salida empaquetada y codificada.
Alumnos de Comercio Internacional (Escuela EUDE)

El jueves 23 tocó el turno a la visita del Grupo Mahou-San Miguel. Igualmente interesante. Muy coordinado, más que nada porque poseen un departamento expresamente para las visitas con un recorrido por las instalaciones diseñado para ello.

Una presentación, un vídeo, un paseo por la fábrica y, finalmente, unos aperitivos en su propio bar-restaurante, donde tuvimos la oportunidad de recibir una clase interesante de la camarera sobre el arte de tirar una cerveza.


lunes, 20 de enero de 2014

Del consumidor "crossumer" al canal "cross channel marketing"

Si echamos la mirada veinte años atrás, con un uso de internet todavía en pañales, veremos que la recogida de información de los productos y servicios se simplificaba en un recorrido físico a través de las tiendas comerciales. Dependiendo de nuestro nivel de paciencia, de deseos y de satisfacción de las necesidades, así como de la capacidad adquisitiva, procedíamos a comprar impulsivamente o aplazábamos la compra hasta no haber realizado todas las comparaciones posibles con los precios de la competencia.

El recorrido físico en busca de información era largo y tedioso en muchas de las ocasiones.

Pero siendo el ser humano un animal altamente hedonista, esta actuación fastidiosa de indagar por la calle analizando todas las tiendas suponía un esfuerzo físico lo suficientemente poco placentero como para terminar buscando una alternativa no sólo a la recogida de información del producto, sino a la forma de adquirirlo.

Con la aparición de las nuevas tecnologías la alternativa estaba asegurada. El consumidor no necesitaría recorrer las calles, sino que buscaría en la red toda la información del producto antes de tomar la decisión de comprarlo, y además con la posibilidad de opinar sobre el mismo y que otros posibles compradores tomasen en consideración su, llamémosle así, exposición subjetiva y sin filtros. Estoy hablando del llamado crossumer.

El crossumer es un consumidor altamente informado sobre las características del producto y de la competencia y que interactúa activamente en blogs, redes sociales, emailing y todo lo que supone la Web 2.0

A lo largo de los años las empresas se dieron cuenta del potencial que tenía internet en el intercambio comercial, lo cual la red se convirtió en un hervidero de información para satisfacer todas las necesidades y deseos de los consumidores. La idea en un principio era buscar y comparar en internet para luego comprar en la tienda. Era, y aún es, una actuación del individuo denominada ROPO (research online purchase offline), un consumidor ROPO que aún desconfía en realizar transacciones online.

Esta nueva forma de actuar nos ahorra el esfuerzo de hacer búsquedas incansables recorriendo las tiendas de las calles y comparando para encontrar el mejor precio o el mejor producto aunque fuese a un precio mayor.

Aún así, el ser humano no es sólo un caprichoso animal hedonista, sino también social y cultural, y hace de las tiendas una forma de pasar un rato divertido con sus amigos, pareja o familiares en una actividad de ocio llamada comúnmente "ir de compras". Hacer rondas comerciales no dejó de desaparecer, seguiría siendo un placer, lo que cambió es la forma de adquirirlo: conocer los productos en la tienda directamente y luego comprarlo en la red, así se permite comparar precios on line tras haber conocido y palpado físicamente el producto. Entró en juego el llamado showrooming.

El consumidor showrooming es aquel que busca y compara en las tiendas y compra por internet. Sale a la calle, disfruta de los establecimientos, compara precios de productos y de su competencia e incluso de los productos o servicios sustitutivos. La información se completa en internet, donde seguramente lo encontrará a un mejor precio, y ahí es donde tiene lugar la adquisición y compra del producto.

En este estadio superior, la transacción económica online se gana la confianza de los consumidores, tal vez por una necesidad imperiosa de no sentirnos engañados en las tiendas. Hemos tocado el producto, sabemos que cumple con nuestro deseo, ahora toca buscar precios por internet y comprarlo.

Esta forma de actuar podría ser perjudicial para las tiendas convencionales, que además de soportar el coste de un establecimiento físico, los complicados trámites y creación de departamentos pertinentes, tienen que soportar hurtos, incidencias, peligrosidad antes robos violentos, un horario obligado y un sinfín de inconvenientes.

La solución a este problema la tiene una forma de canal de distribución: el cross channel marketing.

El cross channel marketing es una variedad de multicanal que consiste en que se dirige a un mismo consumidor dándole la posibilidad de comprar en su tienda física o en su tienda online, lo cual implica que en el cross channel existe una fuerte integración entre ambas tiendas.

Esta integración nos va a permitir, por ejemplo, comprar en la tienda un producto y recibirlo a domicilio avisándonos por correo electrónico, o bien comprarlo desde nuestra casa on line y recogerlo en la tienda; o si lo compramos por la red y no lo recibimos, que podamos consultar directamente en la tienda el estado del pedido; o bien solicitar a la tienda que nos envíen más información del producto por email o nos mantengan informados del lanzamiento de nuevos productos.

La integración es total entre la tienda física y la tienda on line en sus diferentes plataformas: sitios web (website), app de móviles (mobile app), app de tablet (tablet app), catálogo impreso (print catalog), tienda física (physical store), redes sociales (social media) y correo electrónico (email).

En conclusión, si las tiendas quieren sobrevivir ante los cambios provocados por las nuevas tecnologías, deberían considerar seriamente hacer cross channel marketing.